RECUERDO ESTA HISTORIA:
UN JOVEN SIEMPRE LE DECIA COSAS PESADAS A UN ANCIANO, EL RESPONDIA.
- NO MUCHAS GRACIAS.
ESTE JOVEN LO INSULTABA, PERO EL ANCIANO SIEMPRE DECIA:
- NO MUCHAS GRACIAS
EL JOVEN LO TRATABA MUY MAL, PERO EL ANCIANO CONTESTABA:
- NO MUCHAS GRACIAS.
UN DIA EL JOVEN NO SOPORTO MAS Y LE PREGUNTO:
- SIEMPRE QUE TE DIGO ALGO DESAGRADABLE, ME RESPONDES, NO MUCHAS GRACIAS.
EL ANCIANO RESPONDIO:
- LO QUE PASA ES QUE TU TIENES LA LIBERTAD DE DECIRME LO QUE QUIERAS, PERO YO TAMBIEN TENGO LA LIBERTAD DE ACEPTARLAS, Y HE DECIDIDO QUE NO, YA QUE PREFIERO VIVIR CON MI ALEGRIA.
ESTA HISTORIA REFLEJA QUE TODOS TIENEN LA LIBERTAD DE DECIRNOS COSAS, HASTA LOS HOMBRES QUE YO LLAMO JOTES BABOSOS, QUE UNA MUJER PUEDE ENCONTRAR EN LA CALLE, PERO UNO TIENE LA LIBERTAD DE ACEPTAR , ES DECIR, ESCUCHAR Y HACER SUYA DICHAS PALABRAS, PERO PUEDES SIMPLEMENTE IGNORARLAS TOMARLAS DE QUIEN VIENE.
ES LO MISMO CON LA GENTE A NUESTRO ALREDEDOR, ELLOS PUEDEN DECIRNOS ALGO. PERO NOSOTROS DECIDIMOS SI ESTO NOS AFECTA (SI NOS CAUSA VERGÜENZA, DOLOR, TRISTEZA, DESAGRADO O CUALQUIER SENTIMIENTO), ASI ES COMO PODEMOS LIBRARNOS DE LOS INSULTOS O CUALQUIER ENERGIA NEGATIVA QUE PUEDAN GENERAR DICHAS PALABRAS.
NO ES MAS TRANQUILO DEJARLOS GASTAR SALIVA, QUE ENOJARSE POR TONTERAS.
ASI DEJAS LA FUERZA PARA CUANDO SEA REALMENTE NECESARIO E IMPRESCINDIBLE, Y NO PARA CUANDO QUIEREN MOLESTAR...
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